Voy a escribir acerca de la asquerosa campaña de boicot y demonización que se está contra Boca, jugadores, cuerpo técnico y dirigentes. Como hincha de Boca no me gusta el presente del club, para nada, sobre todo por las expectativas que se pusieron desde la vuelta de Bianchi en su tercer ciclo, y por la costumbre que tenemos, como el club más importante y ganador de América, de salir campeones regularmente. Pero tenemos que dejar de comernos el chamuyo vendehumo del periodismo y abrir un poco los ojos para ver la realidad.
Es el cuarto torneo corto que disputa Boca desde la vuelta de Carlos Bianchi, el técnico más ganador de la historia del club, y uno de los más ganadores de la historia del fútbol argentino y mundial. Boca está disputando su séptimo torneo oficial desde la vuelta de Bianchi (cuarto campeonato de liga, más Libertadores 2013 y dos copas argentinas), y se está expectante con la Copa Sudamericana. Ya pasaron seis y no se ganó ninguno. Hay dos formas de analizar el presente de Boca (léase, desde principios de 2013 hasta la actualidad): el futbolístico y el estadístico.
Desde el punto de vista estadístico, también el análisis es algo ambiguo. Si comparamos el primer semestre del tercer ciclo de Bianchi a la cabeza del club con la era Falcioni, es completamente desastroso. Julio César Falcioni selló dos años muy buenos en el club, dejando una impronta futbolística difícil de repetir por sus récords, aunque enmendada por el no despreciable subcampeonato de América y el último campeonato (el Inicial 2012), en el cual Boca cayó al sexto puesto mostrando una disminución futbolística respecto al semestre anterior en el cual se era serio candidato a la gloriosa Triple Corona. Sí, ese es el legado del Boca de Falcioni. El Boca que era candidatazo a ganar, simultáneamente, Torneo Argentino, Copa Argentina y Copa Libertadores. Sin nombrar, el Apertura 2011, que ganamos caminando recibiendo sólo 4 goles en los primeros 18 partidos, con 12 puntos de diferencia al segundo puesto, y sumando en conjunto con los torneos de principios de 2012, casi 40 partidos invictos.
Ése era el Boca de Falcioni. El Boca que en el Apertura '11 le ganó 3-1 a Rafaela, y ya era motivo de enojo que la Crema nos marcara un gol en tiempo de descuento (de Fontanini, ahora campéon de América) en la Bombonera. Sí, ese mismo equipo que ahora nos goleó 3-0, en su primera victoria como visitante en el Templo, siendo uno de los marcadores Pol Fernández, no tenido en cuenta por Bianchi, y los plateístas apátridas yéndose del estadio antes de tiempo (como en todos los clubes, de todas maneras).
El hincha de Boca parece tener memoria selectiva. La memoria para respaldar casi a ciegas al técnico más ganador de la historia del club, aunque sean casi 2 años que no gana nada, lo cual está bien. Pero la falta de memoria como para putear a Falcioni, con el cual peleamos el Clausura 2012 hasta la última fecha, ganamos la Copa Argentina y fuimos subcampeones de la Libertadores (cuando un año y medio atrás tenía la ardua tarea de rearmar el equipo prácticamente de cero luego de una campaña desastrosa del Bichi Borghi),con SU equipo y poniendo su impronta con jugadores que terminaron siendo importantísimos como Orión, Erviti, Somoza o Schiavi en su vuelta, para nombrar algunos.
Pasar de ese presente a salir anteúltimos, con Riquelme y Bianchi a la cabeza, era una pesadilla imposible. Una distopía que ni en el más pesimista de los hinchas de Boca podría pensar que ocurriría. Si salir sextos (en transición por la ausencia de Román) era motivo para putear masivamente y rajar a un técnico que hacía menos de seis meses nos había llevado a la final del certamen más importante del continente... decisión tribunera de Angelici no renovarle.
Pero bueno, esa es una cara de la historia. Todos nos podemos equivocar. Boca estaba peleando dos frentes y Bianchi priorizaba por supuesto la Libertadores, que terminamos perdiendo en cuartos de final y por penales, ante el Newell's de Martino que habría sido más justo campeón que el Mineiro. Pero así es el fútbol. Si bien no estuve de acuerdo con varias decisiones del técnico, yo no estoy ni cerca de tener el conocimiento y mucho menos la experiencia de Bianchi, así que eso es poco importante...
Muchos hablaban de que Bianchi no podía poner su impronta al equipo porque era el equipo armado por Falcioni, y que los malos resultados ocurrían debido a ese desencuentro. Pero ya estamos partiendo de una premisa falsa. Si algo anda bien, no intentes arreglarlo porque lo vas a cagar de verdad. Falcioni no se tendría que haber ido nunca. Yo a Bianchi lo banco a muerte y desde que llegó siempre lo banqué. Pero por más que seas el más ganador de la historia, es un error patear el tablero y comenzar de cero cuando había un proyecto que hacía ilusionar un montón el futuro del club. ¿Vos dejarías a tu prometida embarazada con la cual estás pasando un gran momento, por tu amor bohemio de la infancia? Nada personal con Bianchi, pero lo bueno tiene que seguir, a mi criterio, aunque eso ya es llorar sobre la leche derramada...
En el intervalo de 2013, Bianchi quiso armar un equipo a su medida y decidió que varios jugadores artífices de la era Falcioni deberían no seguir. Las bajas más importantes: Erviti, Silva, Somoza. Está bien, él es el técnico ahora y tiene que poner su gloriosa impronta que tanto nos dio. Había traído a Martínez y a Pérez. Resubió a Marín, trajo a Gago, al Cata Díaz, a Gigliotti, a Ribair...
Pasamos de salir penúltimos a pelear el campeonato hasta la penúltima fecha, empatando 2-2 con Lanús en un partido que más que por el error de Orión, o el gol en el debut de Marcos Astina, voy a recordar por la última jugada del partido, con Boca en la tenencia de la pelota y en lugar de tirarla al área porque el tiempo estaba cumplido, se puso a hacer un toqueteo intrascendente e inexplicable tratando de buscar un hueco imposible puesto que los 11 de Lanús estaban defendiendo. El árbitro lo terminó y tanto Lanús como Boca se bajaron de la lucha por el torneo ese día. Aunque Lanús era "un gran equipo" y Boca era "horrible".
Pasamos de salir 19° a 7°, a cuatro puntos del peor campeón de la historia: el San Lorenzo de Pizzi que salió campeón pese a empatar 0-0 sus últimos dos partidos, y el anterior 2-2 ante un Rafaela que terminó siendo protagonista y candidato, y lo ganaba 2-0. ¿Boca jugaba bien? No. ¿Los demás equipos jugaban bien? Tampoco. ¿Boca jugó mejor que el campeonato anterior? Sin duda alguna, pero el periodismo nunca lo dijo.
Boca había mejorado no solo estadísticamente, sino que futbolísticamente, a pesar de sus notorias falencias. Newell's desde que perdió el clásico rosarino no ganó más. San Lorenzo obtuvo el menor puntaje de un campeón. Vélez empató 0-0 un partido que debía salir a buscar y no lo hizo hasta los últimos diez minutos (en los cuales pasó el tiro de Allione y la atajada del campeonato de Torrico). Arsenal, Rafaela y Belgrano terminaron en la primera mitad de la tabla, muy cerca del campeón. Todos equipos tibios y sin hambre, y terminó ganando el menos peor. Sin embargo, ¿de quién se hablaba? De Boca. Se puede entender que hacía un año y medio estábamos peleando la Triple Corona, que había pasado un año calendario y uno de los técnicos más importantes de la historia del fútbol argentino no había ganado aun nada con el club más ganador del país. Habá muchas cosas por pulir y mejorar, más cosas, porque algunas ya se habían pulido y mejorado. Pero los medios eso lo soslayaron...
Era el "peor Boca de la historia". El período de 44-54 en el cual no se ganó nada y se estuvo a punto de descender no existió. Los 80s tampoco. Grandes ídolos como Comitas que no se pudieron dar el lujo casi obligado de ganar un solo título en Boca, tampoco. Jugadores mundialistas como Gago y Orión (eventuales subcampeones), un clásico ganado en un Monumental silenciado por Gigliotti (la mejor incorporación), Riquelme mostrando una notoria mejoría en su juego respecto al semestre anterior, peleando el título, mal que mal, hasta la penúltima fecha. Todo eso era peor.
Nos encontramos en mitad del 2014. Terminó el Final 2014. Boca sigue sin ganar. Un River tibio salió campeón. Los hinchas ovacionan a Ramón cuando ese mismo semestre, fechas antes, lo puteaban y pedían por su renuncia. "El peor Boca de la historia" nuevamente peleando el título hasta la penúltima fecha. Termina el torneo con 8 partidos invicto y 5 victorias consecutivas. Revisamos la tabla anual y... SORPRESA, "el peor Boca de la historia" aparece primero junto con Vélez, sólo debajo por diferencia de gol (que no se cuenta en el fútbol argentino). ¿Qué significa eso? Que si fuera un torneo largo, Boca, de ganarle a Vélez en un desempate, salía campeón. "El peor Boca de la historia".
Ahora van tres fechas. Dos derrotas en la Bombonera. Una victoria de visitante. Van tres fechas y hay una impaciencia y una frustración y una campaña mediática demonizante para Boca. Un boicot horrible contra el club y sus representantes, jugadores, cuerpo técnico y dirigentes. Riquelme se va "es culpa de Angelici". "Boca sigue sin aparecer". "Boca volvió a perder y no muestra mejorías". "¿A qué juega Boca?". "Falta Riquelme". Como si fuera una seguidilla del torneo anterior, sí, ese torneo en el cual salimos subcampeones detrás de River, sumamos 8 partidos invictos y 5 victorias consecutivas en las últimas fechas. A Falcioni le tomó seis meses reconstruir el equipo a su antojo luego del fracaso de Borghi. A Bianchi no le puede tomar menos tiempo, siendo que el alma del equipo, Román, le cambió todos los planes cuando Boca realmente levantaba cabeza de cara a este torneo. Y van tres fechas. Si Bianchi revierte encuentra una formación en la cual Riquelme pueda ser satisfactoriamente (aunque sea al 50%) reemplazado, en menos de 16 fechas, que son las que quedan, más toda la presión humeante y asquerosa mediática, más los hinchas que se comen ese chamuyo, va a ser un milagro, y es un milagro posible porque tenemos al Virrey. "Parece que según ustedes, Boca es el único que juega mal".
Te banco a muerte, Carlos.