martes, 26 de agosto de 2014

De la campaña de boicot y demonización contra Boca







Voy a escribir acerca de la asquerosa campaña de boicot y demonización que se está contra Boca, jugadores, cuerpo técnico y dirigentes. Como hincha de Boca no me gusta el presente del club, para nada, sobre todo por las expectativas que se pusieron desde la vuelta de Bianchi en su tercer ciclo, y por la costumbre que tenemos, como el club más importante y ganador de América, de salir campeones regularmente. Pero tenemos que dejar de comernos el chamuyo vendehumo del periodismo y abrir un poco los ojos para ver la realidad.

Es el cuarto torneo corto que disputa Boca desde la vuelta de Carlos Bianchi, el técnico más ganador de la historia del club, y uno de los más ganadores de la historia del fútbol argentino y mundial. Boca está disputando su séptimo torneo oficial desde la vuelta de Bianchi (cuarto campeonato de liga, más Libertadores 2013 y dos copas argentinas), y se está expectante con la Copa Sudamericana. Ya pasaron seis y no se ganó ninguno. Hay dos formas de analizar el presente de Boca (léase, desde principios de 2013 hasta la actualidad): el futbolístico y el estadístico.

Desde el punto de vista estadístico, también el análisis es algo ambiguo. Si comparamos el primer semestre del tercer ciclo de Bianchi a la cabeza del club con la era Falcioni, es completamente desastroso. Julio César Falcioni selló dos años muy buenos en el club, dejando una impronta futbolística difícil de repetir por sus récords, aunque enmendada por el no despreciable subcampeonato de América y el último campeonato (el Inicial 2012), en el cual Boca cayó al sexto puesto mostrando una disminución futbolística respecto al semestre anterior en el cual se era serio candidato a la gloriosa Triple Corona. Sí, ese es el legado del Boca de Falcioni. El Boca que era candidatazo a ganar, simultáneamente, Torneo Argentino, Copa Argentina y Copa Libertadores. Sin nombrar, el Apertura 2011, que ganamos caminando recibiendo sólo 4 goles en los primeros 18 partidos, con 12 puntos de diferencia al segundo puesto, y sumando en conjunto con los torneos de principios de 2012, casi 40 partidos invictos.


Ése era el Boca de Falcioni. El Boca que en el Apertura '11 le ganó 3-1 a Rafaela, y ya era motivo de enojo que la Crema nos marcara un gol en tiempo de descuento (de Fontanini, ahora campéon de América) en la Bombonera. Sí, ese mismo equipo que ahora nos goleó 3-0, en su primera victoria como visitante en el Templo, siendo uno de los marcadores Pol Fernández, no tenido en cuenta por Bianchi, y los plateístas apátridas yéndose del estadio antes de tiempo (como en todos los clubes, de todas maneras).

El hincha de Boca parece tener memoria selectiva. La memoria para respaldar casi a ciegas al técnico más ganador de la historia del club, aunque sean casi 2 años que no gana nada, lo cual está bien. Pero la falta de memoria como para putear a Falcioni, con el cual peleamos el Clausura 2012 hasta la última fecha, ganamos la Copa Argentina y fuimos subcampeones de la Libertadores (cuando un año y medio atrás tenía la ardua tarea de rearmar el equipo prácticamente de cero luego de una campaña desastrosa del Bichi Borghi),con SU equipo y poniendo su impronta con jugadores que terminaron siendo importantísimos como Orión, Erviti, Somoza o Schiavi en su vuelta, para nombrar algunos.

Pasar de ese presente a salir anteúltimos, con Riquelme y Bianchi a la cabeza, era una pesadilla imposible. Una distopía que ni en el más pesimista de los hinchas de Boca podría pensar que ocurriría. Si salir sextos (en transición por la ausencia de Román) era motivo para putear masivamente y rajar a un técnico que hacía menos de seis meses nos había llevado a la final del certamen más importante del continente... decisión tribunera de Angelici no renovarle.

Pero bueno, esa es una cara de la historia. Todos nos podemos equivocar. Boca estaba peleando dos frentes y Bianchi priorizaba por supuesto la Libertadores, que terminamos perdiendo en cuartos de final y por penales, ante el Newell's de Martino que habría sido más justo campeón que el Mineiro. Pero así es el fútbol. Si bien no estuve de acuerdo con varias decisiones del técnico, yo no estoy ni cerca de tener el conocimiento y mucho menos la experiencia de Bianchi, así que eso es poco importante...

Muchos hablaban de que Bianchi no podía poner su impronta al equipo porque era el equipo armado por Falcioni, y que los malos resultados ocurrían debido a ese desencuentro. Pero ya estamos partiendo de una premisa falsa. Si algo anda bien, no intentes arreglarlo porque lo vas a cagar de verdad. Falcioni no se tendría que haber ido nunca. Yo a Bianchi lo banco a muerte y desde que llegó siempre lo banqué. Pero por más que seas el más ganador de la historia, es un error patear el tablero y comenzar de cero cuando había un proyecto que hacía ilusionar un montón el futuro del club. ¿Vos dejarías a tu prometida embarazada con la cual estás pasando un gran momento, por tu amor bohemio de la infancia? Nada personal con Bianchi, pero lo bueno tiene que seguir, a mi criterio, aunque eso ya es llorar sobre la leche derramada...

En el intervalo de 2013, Bianchi quiso armar un equipo a su medida y decidió que varios jugadores artífices de la era Falcioni deberían no seguir. Las bajas más importantes: Erviti, Silva, Somoza. Está bien, él es el técnico ahora y tiene que poner su gloriosa impronta que tanto nos dio. Había traído a Martínez y a Pérez. Resubió a Marín, trajo a Gago, al Cata Díaz, a Gigliotti, a Ribair...

Pasamos de salir penúltimos a pelear el campeonato hasta la penúltima fecha, empatando 2-2 con Lanús en un partido que más que por el error de Orión, o el gol en el debut de Marcos Astina, voy a recordar por la última jugada del partido, con Boca en la tenencia de la pelota y en lugar de tirarla al área porque el tiempo estaba cumplido, se puso a hacer un toqueteo intrascendente e inexplicable tratando de buscar un hueco imposible puesto que los 11 de Lanús estaban defendiendo. El árbitro lo terminó y tanto Lanús como Boca se bajaron de la lucha por el torneo ese día. Aunque Lanús era "un gran equipo" y Boca era "horrible".

Pasamos de salir 19° a 7°, a cuatro puntos del peor campeón de la historia: el San Lorenzo de Pizzi que salió campeón pese a empatar 0-0 sus últimos dos partidos, y el anterior 2-2 ante un Rafaela que terminó siendo protagonista y candidato, y lo ganaba 2-0. ¿Boca jugaba bien? No. ¿Los demás equipos jugaban bien? Tampoco. ¿Boca jugó mejor que el campeonato anterior? Sin duda alguna, pero el periodismo nunca lo dijo.

Boca había mejorado no solo estadísticamente, sino que futbolísticamente, a pesar de sus notorias falencias. Newell's desde que perdió el clásico rosarino no ganó más. San Lorenzo obtuvo el menor puntaje de un campeón. Vélez empató 0-0 un partido que debía salir a buscar y no lo hizo hasta los últimos diez minutos (en los cuales pasó el tiro de Allione y la atajada del campeonato de Torrico). Arsenal, Rafaela y Belgrano terminaron en la primera mitad de la tabla, muy cerca del campeón. Todos equipos tibios y sin hambre, y terminó ganando el menos peor. Sin embargo, ¿de quién se hablaba? De Boca. Se puede entender que hacía un año y medio estábamos peleando la Triple Corona, que había pasado un año calendario y uno de los técnicos más importantes de la historia del fútbol argentino no había ganado aun nada con el club más ganador del país. Habá muchas cosas por pulir y mejorar, más cosas, porque algunas ya se habían pulido y mejorado. Pero los medios eso lo soslayaron...

Era el "peor Boca de la historia". El período de 44-54 en el cual no se ganó nada y se estuvo a punto de descender no existió. Los 80s tampoco. Grandes ídolos como Comitas que no se pudieron dar el lujo casi obligado de ganar un solo título en Boca, tampoco. Jugadores mundialistas como Gago y Orión (eventuales subcampeones), un clásico ganado en un Monumental silenciado por Gigliotti (la mejor incorporación), Riquelme mostrando una notoria mejoría en su juego respecto al semestre anterior, peleando el título, mal que mal, hasta la penúltima fecha. Todo eso era peor.

Nos encontramos en mitad del 2014. Terminó el Final 2014. Boca sigue sin ganar. Un River tibio salió campeón. Los hinchas ovacionan a Ramón cuando ese mismo semestre, fechas antes, lo puteaban y pedían por su renuncia. "El peor Boca de la historia" nuevamente peleando el título hasta la penúltima fecha. Termina el torneo con 8 partidos invicto y 5 victorias consecutivas. Revisamos la tabla anual y... SORPRESA, "el peor Boca de la historia" aparece primero junto con Vélez, sólo debajo por diferencia de gol (que no se cuenta en el fútbol argentino). ¿Qué significa eso? Que si fuera un torneo largo, Boca, de ganarle a Vélez en un desempate, salía campeón. "El peor Boca de la historia".

Ahora van tres fechas. Dos derrotas en la Bombonera. Una victoria de visitante. Van tres fechas y hay una impaciencia y una frustración y una campaña mediática demonizante para Boca. Un boicot horrible contra el club y sus representantes, jugadores, cuerpo técnico y dirigentes. Riquelme se va "es culpa de Angelici". "Boca sigue sin aparecer". "Boca volvió a perder y no muestra mejorías". "¿A qué juega Boca?". "Falta Riquelme". Como si fuera una seguidilla del torneo anterior, sí, ese torneo en el cual salimos subcampeones detrás de River, sumamos 8 partidos invictos y 5 victorias consecutivas en las últimas fechas. A Falcioni le tomó seis meses reconstruir el equipo a su antojo luego del fracaso de Borghi. A Bianchi no le puede tomar menos tiempo, siendo que el alma del equipo, Román, le cambió todos los planes cuando Boca realmente levantaba cabeza de cara a este torneo. Y van tres fechas. Si Bianchi revierte encuentra una formación en la cual Riquelme pueda ser satisfactoriamente (aunque sea al 50%) reemplazado, en menos de 16 fechas, que son las que quedan, más toda la presión humeante y asquerosa mediática, más los hinchas que se comen ese chamuyo, va a ser un milagro, y es un milagro posible porque tenemos al Virrey. "Parece que según ustedes, Boca es el único que juega mal".

Te banco a muerte, Carlos.

sábado, 16 de agosto de 2014

Efecto Age of Empires

Hace un par de días me agarró la nostalgia y me dieron ganas de jugar al Age of Empires. Mi preferido es el Conquerors, una expansión del Age of Kings. Al ser una expansión, es necesario tener instalado el original, pero eso no era un problema porque tengo tanto el DVD del AOK como del Conquerors, originales ambos, y ya instalados hace rato en la netbook. El tema es que tenía que jugarlo con el CD, y es un gran dolor de huevos porque el lector me ocupa dos puertos USB en la máquina y además espacio al pedo, aunque el real inconveniente es que ese lector de CD que me salió 200 pesos se estropeó. Así que me decidí a crackearlo.

Una crisbook
En la crisbook ya lo había hecho meses atrás. Me había agarrado la nostalgia, pero me la tuve que masticar después de un pequeño inconveniente a relatar ahora. Luego de una exhaustiva búsqueda sin usar torrents, finalmente pude dar con links de descarga que efectivamente andaban, donde estaban los rars del Age of Kings y del Conquerors, y de yapa sus imágenes virtuales .iso. Un verdadero golazo de emboquillada. Me bajé el Daemon Tools, lo crackeé y me dispuse a jugarlo. Ya estaba todo instalado y crackeado, diez puntos. Elijo combate total, las condiciones de la partida, blablabla, arranco, y... ... ... ¡pum! Pantalla negra, se cierra el juego y me aparece una leyenda que dice que "ha detectado un error y debe cerrarse" o algo por el estilo (el mismo error que no me dejaba jugar al Sims 1). Traté de cambiarle la configuración de colores y demás pelotudeces, pero me seguía apareciendo lo mismo así que finalmente me di por vencido.

Peeeero algo bueno había rescatado de ahí, y es el hecho de haberme bajado el Daemon Tools y tener ya las imágenes virtuales. Pasé los archivos al pendrive y de ahí a mi PC. Crackeé todo y arranqué a jugar. Preparé las condiciones de la partida, la inicié y... ... ... ¡VAMOS, CARAJO! Mi primera partida de Conquerors en años. No estaba fino por mi inactividad y me hicieron mierda al toque (aunque ya en la segunda remonté), pero eso es harina de otro costal. La cuestión es que me envicié.

Esto habrá sido hace una semana mas o menos. A partir de ahí que juego todos los días, a veces una porción importante de tiempo la ocupo en el juego (como si no tuviera que rendir en menos de dos semanas). Aunque mi mayor dosis fue el día de ayer. Vino un amigo también jugador (que de hecho me descargó el Forgotten Empires, aunque dejó de andar misteriosamente), con el cual vimos la luz del día ya que fuimos a caminar y a comprar, pero luego nos refugiamos en mi habitáculo a pasar algunas horas de vicio en el AoE. A la noche se fue, pero yo después de comer seguí jugando hasta entrada la madrugada y entonces me cansé y traté de disponerme a dormir.

Me lavé la cara, cerré la máquina y toda esa parafernalia pre-sueño. Parecía todo en calma. Cerré los ojos y ¡turún! El pitido que te avisa que te están atacando. Veía arqueros atacando cañones de asedio, alabarderos contra húsares, aldeanos construyendo torres y ejércitos de monjes tratando de convertir paladines mientras lanzapiedras y onagros atacan edificios. No lo podía creer. No es solamente el tema de que flasheaba jugar al Age con los ojos cerrados, sino que los escenarios que me aparecían eran siempre de guerra. Nunca un pajero construyendo una casa o arando tierra. Y los ruidos. El pitido ese, ruidos de flechas y bombas. No podía pasar más de 5 segundos sin desvelarme y tener que abrir los ojos sucumbiendo ante mi propia mente.

Sisí, éste...
Con el correr de los minutos y luego de varios intentos fallidos de conciliar el sueño, ya me pasaba a dar risa el incidente. Ya me había pasado con el 2048, cuando lo jugaba todo el tiempo. Cerraba los ojos y flasheaba jugar y combinar los números. Era tan increíblemente nítido y real que llegué a formar 512 imaginariamente, con los ojos cerrados y controlando mentalmente los números como si estuviera jugando posta. Y también despierto. Involuntariamente veía cosas aleatorias en la calle y me imaginaba como las debería apilar para que se combinen y formen otras, como en el juego.

No llegué a ese nivel de quemadez con el Age, pero mi insomnio me provocaba más que nada curiosidad sobre el funcionar de la mente humana. Abrí la máquina y luego de varias búsquedas en bing atiné con el fenómeno. Era exactamente lo que me pasaba. Me sentí tan identificado que me eché a reir todo lo que pude y me sentí entendido. No era el único que sufría el Efecto Tetris.

El efecto tetris es la habilidad de cualquier actividad, a la que una persona haya dedicado suficiente tiempo, de controlar los pensamientos, imágenes mentales y sueños del individuo.
El nombre del efecto proviene del juego tetris, en el que el jugador debe rotar y mover bloques con diferentes formas mientras caen. Si el jugador puede acomodar los bloques para que formen una línea horizontal completa, esta desaparecerá. El objetivo principal es evitar que los bloques llenen toda la pantalla.
Gente que juega al tetris por mucho tiempo, se da cuenta que termina pensando como acomodar diferentes formas que se encuentra en el mundo real, como por ejemplo edificios o baldosas. En este sentido, el juego del tetris es como una forma de hábito.
También estas personas pueden ver formas cayendo en los costados de su campo visual, en lo que se llama visión periférica, o también al cerrar los ojos. En este sentido, el efecto es una forma de alucinación.

Básicamente te dice que si pasás mucho tiempo jugando o haciendo algo que tenga un determinado leit motiv muy marcado, lo terminás flasheando. Igual lo mío no fue entonces un efecto tetris, sino un "efecto 2048" o un "efecto Age of Empires". Pero no me quedé conforme. Eran como las 6 y seguía despierto y busqué en Google (comillas): "efecto age of empires", y me encontré con un blog que describía (casi) justo lo que me pasaba y fue un acto de fraternidad muy grande. Ahora transcribo (sic) y dejo el link a la entrada:

Mangos despues de jugar un establecido de tres horas por la noche apaga la PC, se lava los dientes, se pone su pijama, le reza a los angelitos apaga las luces y se va directo a la cama, se acomoda medita un rato en el intinerario del mañana, llega la soñolencia cierra los ojos y ¡Ay jijo! ahi está el mapa de la ciudad tal como lo dejó, clavado en su mente de tal forma que puede ver la pantalla del monitor moviendose dentro de sus ojos y mente tambien puede escuchar a los aldeanos al momento de ser seleccionados "correctus" "building" "farm" etc etc etc.

El tipo parece que es un español que se hace llamar "El Mangos". Pero me cae bien por el simple hecho de que hemos compartido este síndrome y bueno... empatía.

¿Qué hice al final? Bueno, luego de conocer un poco más sobre mi enemigo, traté de dejar pasar un tiempo hasta que la memoria fotosensible de mi mente y mis ojos se calmara un toque y dejara de flashear Age. 6.30 y seguía flasheando, pero ya estaba tan cansando que me dormí entre sonidos de monjes, camellos muriendo, flechas e instrumentos de viento que indican el asedio de tu ciudad. En fin...

viernes, 15 de agosto de 2014

Lo satisfactorio de putear

No es por hacerme el niño rebelde ni nada, pero los tabúes generan un retroceso social espantoso. Lo primero que se nos viene a la mente cuando oímos dicho término es en el sexo, pero hoy voy a hablar de otra cosa: las puteadas.

Yo puteo todo el tiempo, no me parece que esté mal. Las malas palabras no existen; son las personas las que quieren catalogarlas como malas, así como quieren catalogar otras como "cultas" o "eruditas" (oasis que surgen debido a lo limitadísimo del idioma castellano del ciudadano promedio). Varias situaciones salen de ese contexto:

  • Tengo la uña del dedo gordo derecho encarnada. Cada vez que me choco contra el apéndice de cualquier mueble (cama/mesa/sillas...) siempre me golpeo el mismo dedo. Claramente puteo mucho, y eso me ayuda a sobrellevar mejor el dolor.


  • Voy a agarrar el plato del microondas. Me cago quemando. Puteo y me quedo esperando, mirando el plato impertérrito hasta que merme su temperatura.
  • Verano. Un calor de la san puta. Duermo con la ventana abierta. La ventolina matinal desplaza el marco de la ventana abierta a un eje de manera tal que se coloca justo sobre mí, a centímetros de mi cabeza. Me levanto por algún altercado e instintivamente lo primero que hago es levantar la cabeza, y me la golpeo con el borde de la ventana. Puteo.
En fin, y así puedo seguir... no quiero bastardear el tema de la Bersuit, pero lo saco un poco de contexto en la parte que dice precisamente "como nada puedo hacer, puteo".

Pero una cosa va llevando a la otra. Voy a hablar acerca de esos fenómenos espontáneos que a uno lo envuelven completamente en un estado del que es muy difícil salir si se pretende dejar incólumes a los objetos circundantes. Los ataques de furia.

Ayer estaba perdiendo en el Age of Empires, de manera estrepitosa (me elegí el mapa marisma y los soretes de los bizantinos se armaron una flota de galeones artillados con más alcance que cualquier torre). Sumado a eso, la única PC (netbook) en la que me corre el juego (la otra es la Crisbook, no me corre ni el Sims 1...) tiene un problema en la placa de no sé qué pija que la pantalla cada tanto titila y tenes que mover toda la máquina hasta que vuelva al punto en el que la imagen se vea bien. No contento con que me estaban haciendo mierda los galeones artillados (que tenía que combatir con arqueros a caballo), la pantalla de la máquina empezó a titilar. Le tiraba golpecitos inofensivos en la esquinita entre el teclado y el touchpad, como de costumbre, para que se repare pronto (pronto = 3 segundos), pero no lo hacía. Producto de la impotencia, le pegué un solo golpe fuerte. Craso error.

Secuencia de la situación ocasionada por el impacto: se reinició la PC (en modo no seguro) ---> cuando arrancó, me apareció una leyenda indicando que "había fallado la instalación del adaptador Ethernet" ---> no reconocía el wi-fi ---> no andaba internet ---> puteé como nunca ---> la reinicié de vuelta ---> anduvo internet como si nada ---> suspiré de alivio.

Se aplica a la vez que, jugando un mundial con Corea del Norte, me quedé afuera en fase de grupos por diferencia de gol. Me golpeé la cabeza con el joystick (no era Sony) tres o cuatro veces seguidas. Me salió un chichón, pero mi temor era que el joystick cesara de funcionar. Afortunadamente eso no ocurrió. A partir de ahí en situaciones similares opté por putear más para evitar estas reacciones en cadena potencialmente perniciosas para mi integridad tanto física como mental.